La ética narrativa se constituye en una opción de construcción de significado alrededor de las valoraciones, las motivaciones y comportamientos de diferentes grupos humanos, a partir de la literatura. Las novelas latinoamericanas conforman un universo privilegiado que permite revelar mundos al margen de la ética racionalista occidental, en los que lo bueno y lo malo se presentan como modos de inserción en el entorno y la sociedad, y no como construcción reglada anterior a cualquier experiencia.